La microsílice se usa ampliamente en el concreto, lo que hace que el concreto tenga mayor resistencia a la compresión, resistencia al agua y resistencia química. Esto puede reducir los costos de materiales y el consumo de energía. Los nuevos nanomateriales, como la nanosílice o los nanotubos, permiten mejorar aún más la resistencia y la solidez. Las nanopartículas de sílice o nanotubos se transforman en nanopartículas de cemento en el proceso de solidificación del hormigón. Las partículas más pequeñas conducen a una distancia entre partículas más corta y a materiales con mayor densidad y menos porosidad. Esto aumenta la resistencia a la compresión y reduce la permeabilidad. Sin embargo, una de las principales desventajas de los nanopolvos y materiales es que es fácil formar agregados durante la humectación y la mezcla. A menos que las partículas individuales estén bien dispersas, el endurecimiento reducirá la superficie de las partículas expuestas, lo que resultará en la degradación del desempeño del concreto.